Funeral

Esta voz venia herida
en su suave tono se podia ver
expuesta
su alma.

La voz alcanzaba altura
descendia
y teñia de lagrimas a los oyentes
con orgullo, con aplomo
lloraba.


No moria y se le veia con rabia
el llanto la embravecia y la hacia gigante
temible.
Esta voz herida
frente a todos, paso del susurro
al bestial rugido;
de agonizar a nacer como un ente aparte
del que la sacaba de su garganta.

Ya no recuerdo el rostro
del que hablaba
Solo la voz
el ritmo
las cenizas, el polvo
lo podrido, lo oxidado
la forma
en que estamos atados,
la pena
la vida.