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Showing posts from November, 2009

Donde habitas

Vienes de un cálido vientre, de meses que ahogan los días entre risas, sin malicia; vienes de campos que cantan y en su canto relatan tus pasos, entre brillos y espuma cobijaste tus sueños, y saliste, haciendo notar que la mañana era un vestido limpio una manera más de albergar tu rostro encuadrar la delicia en tu rubor. Difícilmente te miro venimos y vamos a tan diferentes lugares y sin embargo me consuela saber que entre el paso mío y el paso tuyo hubo un día un eclipse y no alcanzaron las horas los días, los años para convencernos que fue un error. Sales y en cada hoja tiembla tu nombre.

Campana

La sensación de piso falso, la antesala angustiosa al aire cortado por filos invisibles. Nada es tan ajeno como la vida. Nada tan extraño como el día de mañana. Giramos sobre órbitas rotas. El respiro es un engaño autocomplaciente, en el dolor inaceptado de nuestra orfandad nos miramos desde nuestra esquina y suspirar sabiendo que tendremos que destrozarnos tendremos que abrazar nuestra humanidad desde el grito, la sangre, el miedo tendremos que bajar llorando al cementerio a tocar la muerte desde nuestra ignominiosa vida desde el cansado intento de no rendirse no dejar las manos al aire no voltearse ante la desgracia; imaginar desganados otros cielos otras manos que invoquen poemas otras playas, otros mayos otros amaneceres despeinados. Desde mi esquina suspiro a la noche, como alguien más lo hará en otra esquina, lejos levantándose, sacudiéndose volviendo apenas a vivir, que carajos.

To fall

El sonido viene desde dentro un único acorde invariable, gradual crece con la realidad. Desde dentro. Entre los huecos de los pronombres crece sobre los lastres de nuestros días, bajo nuestra vanagloria se desliza por los surcos de lágrimas surge en aumento; entre dos manos enlazadas sobre el abrazo roto en la risa, en la oración en los juegos en los fuegos en la secreta mirada de la desesperación en la aurora en el silencio divino de la noche, viene, con su verdad primaria con la sencillez de una realidad perdida, y puedo casi palpar, casi tocarla casi escucho el reproche de miles de años. En absoluta inmovilidad el mundo deja de existir y la espera es el alma pendiendo de cualquier variante. Es viento.

Look at me!

Encuentro redundante las formas en las que nos enteramos de nosotros mismos. Me parece estúpido que uno se tome una foto a sí mismo; en una conversación, lo más majadero posible es ocupar una frase de mas de cinco palabras sobre uno mismo. Vaya, un espejo al que se le mira con demasiada insistencia, ya no es prueba de narcicismo, es sencillamente la comprobación de que fuimos convencidos de algo irreal, y además, hecho en público, dá la correcta impresión de que uno es un pobre imbécil. En la escritura, todo debe en realidad ser abordado desde una óptica ajena. Uno no debe darse el lujo de confundirse a sí mismo, haciéndose creer que uno piensa esto, o cree aquello o defiende eso y detesta aquello otro, este es un juego torpe que provoca lástima en el lector y a uno lo deja como idiota de pueblo pensándo que hizo algo bien, cuando ya está toda la sopa volteada. Y con la sonrisota. Todas estas masturbaciones son el reflejo inéquivoca de nuestra proclividad a realizarnos en las cosas men

Sentido contrario

Allá afuera pasa el azar los caminos salen a nuestro encuentro y la arena que trae el viento nos deja intuir un futuro, donde si se mira con cuidado el azar es un inscripción en idioma muerto, un complicadísimo modelo de armar un rollo de película, deliberadamente mutilado pero completo, en alguna parte las palabras que comencé hace diez años, se reproducen fieles en alguna parte alguién sale a su balcón alguien dialoga con un astro que eternamente, desde siempre está respondiendo. Hay que salir, hay que mirar casi tiernamente, minuciosamente todo escuchar artísticamente tocar ambivalentemente percibir con delicia desprenderse extenderse, cada sonido y su clave cada palabra perdida cada murmullo. Mirar la luna duramente hasta encontrar más que agua. Quizás, si sudamos y sangramos en este largo intento el azar nos recompense mostrando su cara de niño despeinado.

Anatomía última

Vamos terminando nuestra disección: Nunca estuve O estaba siempre extraviado. Mis dientes lastimaron otra piel, la tuya no los extrañó. La acumulación de fechas fué solo eso, hojas de calendario. Mi verguenza me hundió, más rápido y mejor que mi traición. Los años en vela, las palabras, el polvo en mis hombros las largas caminatas y las manos (Puedo hacer un inventario, detallado, minucioso, de cada uno de tus dedos, sus líneas, sus nódulos, sus ligeras desviaciones, las cicatrices) las salas donde te esperé los cafés donde me esperaste el incienso sobre nuestra primer cama las terribles angustias el alivio, la noche ovillados los gritos, los ojos encendidos el ansia volcada sobre tu cuello, el mío. Todo eso tanto más, ponerlo a un lado seguir caminando como quién olvida algo seguir caminando. El trabajo casi infiníto de cortar, separar los pliegues separar con cuidado, pero firme la caja toráxica y contemplar con terrible desilusión, que después de todo siempre fué solo uno.

Desfile

Lo que veo es el bajo vientre del asco veo la repulsión nacer de lugares sacros la espuma en el cuerpo la cara divina abotagada de hongos el hedor de la rosas el asco volteado al revés gorjeando en las gargantas. El dominio de la aberración. Veo un frente de miles millones acercándose al fango veo la saliva espesa en sus labios reventados la caravana abominable dando su último asqueroso paseo antes de volcarse al vómito de su futuro.

Sitting here.

La noche ha sido larga y en las sombras no encuentro tu perfume, me incorporo y sé que la brisa traerá ecos de la música que era mi delicia esas tardes cuando ser niño era fácil y natural, cuando todo era misterio inofensivo, todo tenía esa irrealidad blanca, esa voz de terciopelo que te invitaba al cielo puro de la risa, al juego entre otros que eran tus iguales, tus hermanos, tu sangre en otras risas que bailaban y se agitaban y todo era la bellísima mañana eterna y nada se inmutaba ni la tormenta ocasional que jalaba los relámpagos, los gritos y la suave toalla, las manos de mamá que nos alcanzaba el mundo, nos daba descanso del regocijo con sus manos que eran tan portentoso fuerte que nada las venció nunca. Jamás. Ya luego lo demás, ya luego la vida empujándote a la impresión, al juego nuevo de la apariencia, donde tímido te deslizabas entre mesas buscándo algo así como tus hermanos, pero diferente, algo que también encajara en ese miedo blando del que sale al baile con sus zapatos

Sr. Naranjo

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Siempre haz estado en el momento adecuado, como hoy, siempre en el momento adecuado para dejar claro cuál es tu posición. La que más chingue. Siempre listo para el desaliento, para recordar la inutilidad de mi vida, lo profundo de mis errores y después lo que importa, tu vida y lo perfecto que es todo para tí desde, bueno, siempre. Siempre haz sabido sacar lo peor de mi, y eso debe tener su mérito, su reconocimiento. Sé perfectamente que no quiero ser. Sé que aunque en mi genética estés invariablemente y en mí bullan tus demonios, no voy a ser tú. Te encuentro tan lejano como siempre sin que eso me impida ver las bondades que haz tenido, quizás no tengas la culpa de que el mundo te quede tan bien, que las cosas y las personas sean satélites que pacientemente giren en torno tuyo; no es tu culpa que no sepas encontrar errores en tus manos, y que sea tan sencillo a tus ojos localizar los de los demás, especialmente los de tu progenie. Debe ser devastador para tí saber que engendraste seme

Musgo

Es curioso que las palabras formen sus propios grupos que después de estar cómodamente guardadas tomen vida en la voz de quién nunca las pronunció antes. La palabra resucita desde el ovillo de una mente, encuentra en la sensación de un momento la llave para tomar sus armas y salir y formar su propio golpe de estado su frágil revolución relámpago donde el pronunciante es apenas puente la palabra es la sacrificada, el mártir valiente que reconoce su sagrado deber de dar significación dar sentido a lo que nada más que ella, entre miles de letras, solo ella, pequeña construcción del azar puede convertir en valor, en realidad, en entendimiento. Después la olvidarán, será polvo de estantes ceniza de hojas letras de diccionario, hasta que una idea, un dolor de parto.

Búnker

Me resguardo en silencios cuento las cuentas de un rosario que no acaba, que se perpetúa en cada uno de los ojos que no conciben al amanecer sin perder la vida noche tras noche. Me resguardo tras tus párpados y la lluvia interna esta siempre a punto de ahogarme, hasta que despiertas y en la vigilia me das aire me llenas de palabras puras me alistas para la sombra me guardas del mal de mis propias manos. Amo este espacio esta réplica perfecta de lo que fué tu abrazo. Me resguardo en el hálito simple del viento mi nombre, mi vida entera es un papel mojado en la bolsa de atrás del pantalón.

El viejo de la montaña

Nada altera el sueño de las rocas ni las brumas, ni el viento ni el rélampago voluptuoso la roca impasible sueña. Con el cobijo del frío la mañana lentamente impera a la noche a irse y se sienta a ver sus criaturas. El colibrí abre sus minúsculas alas agita su alma y la mía y vuela, disipando el polvo vuela y el sol comienza a ascender vuela y gotas de rocío tiemblan vuela y las flores reconocen su nombre. Sentada la mañana se enorgullece. Hay historias que repetidas hasta la eternidad comienzan a tener sentido.

Visión y asfixia

Mi libertad se entiende mejor en este desierto donde nada es contaminado por mis manos donde nada es extraño porque no hay miradas que lo interpreten, donde veo sin pensar, sin acercarme todo es lejano e inútil, vacuo unidimensional parco. Aquí soy un extravío soy un ajeno tolerado soy un mal hábito a medio aceptar, la brisa nocturna me acaricia la vida no dá más. Acostumbrarse. Enmedio de este sembradío de estrellas avizoro una mañana, aún etérea donde finalmente un camino me entregue las armas para terminar estos puntos suspensivos, me dé la voz para terminar tantos silencios me muestre bastiones de ojos abiertos me enseñe a arrancar sueños blandos a apretar los dientes y saltar al oscuro y yermo pozo donde se pudren los ánimos se hunden las ganas se acaba el entusiasmo, para incendiarlo todo arder entre tanta ignominia y ahí recordar que se sentía estar vivo.

Encontrada

La luz de las cinco de la tarde ata mi mirada y encuentro que soy un punto luminoso enmedio de la nada. Estas manos jugaron con halos dorados con vestigios del cielo me bañé en la pálida mirada de mi madre caminé sobre mármoles que fueron gloria de otros tiempos. Soy un niño y sueño y vienen manantiales y me regocijo y en mis risas, cada palabra se hace añicos, se hace polvo y me alzo para verte y de puntitas me estiro con la alegría enorme y sola que quiere reposar en otra sonrisa. Los júbilos luminosos espontáneos así súbitos, a las cinco de la tarde, no pueden evitarse y sobre todo no deben etiquetarse. En ésta locura periférica abrazo mi inocencia con fuerza. Ya no la dejaría ir.

Had seen a lot of love

Desde el polvo de tus sueños, más allá de la vieja sangre que nos ata viene las voces que nos liberan de la verguenza, del escarnio de sabernos hombres, mujeres carne, impulso grito y hambre. Porque sin querer sabemos que el silencio se esconde tras nuestro teatro y atrás es donde más nos duele ver. Antes. Mucho antes. Con el ánimo dispuesto alejamos las brumas, sacudimos el polvo nos arrancamos las máscaras. Quisimos, en verdad quisimos que el cielo fuera nuestro que nuestras manos fueran puentes que de nuestras gargantas surgieran lazos amables que no hubiera distancias que en cada esquina hubiera sonrisas que el alimento nos llenara eternamente. Pero solo somos esto, que no alcanza nunca alcanza.

Most faithful mirror

Deja el hueco de mis ojos deja las manchas de mis manos deja de una vez el peso muerto de mi corazón. Encontraste el delicado cómputo que me negaba entero me convertí en el valor adverso la falla, el error, la maquinación incorrecta. El veneno que corre libre y salvaje por mis venas me mantiene bajo su yugo y te cansaste del sermón. No puedes, dices más que la genética, tu veredicto es casi médico casi judicial casi divino. Deja pues tu foto cuando te vayas extrañarte es también enfermedad.

Estiramientos

Viene de un tácito acuerdo de no joder. Era simple y tácito, que más se puede decir. Salvo que esta clase de acuerdos nunca se cumplen. Parece que estamos tan acondicionados a la decrépita burocrácia, que cuando algo se antoja simple, pues mejor lo saltamos. Y ahí tienes antonces que dar la vuelta alrededor de la canasta de panes nunca fue tan complicado, saber que invariablemente, de entre las conchas y los pellizcos asomarías la jeta. Allá atrás el radio nos atormentaba a todos por milésima vez con la del moño colorado y yo sin querer nada más que estar de espaldas en el pajár y sobre todo lejos de la harina y el azúcar y los pinches huevos. Las cosas solían ser agradables. Levantarse, el agua rápida al rostro, las cosas que se pone uno encima y ya era luego la panadería, los chistes, la radio, las manos apresuradas, la masa, las risas. Entonces no habías llegado tú y yo pasaba mis tardes en el pajár, dejando correr las horas hasta que se asomaban las estrellas, hasta que la luna se