Encontrada
La luz de las cinco de la tarde
ata mi mirada y encuentro
que soy un punto luminoso
enmedio de la nada.
Estas manos jugaron
con halos dorados
con vestigios del cielo
me bañé en la pálida
mirada de mi madre
caminé sobre mármoles
que fueron gloria de otros tiempos.
Soy un niño
y sueño
y vienen manantiales
y me regocijo
y en mis risas, cada palabra
se hace añicos, se hace polvo
y me alzo para verte
y de puntitas me estiro
con la alegría enorme y sola
que quiere reposar
en otra sonrisa.
Los júbilos luminosos
espontáneos así
súbitos,
a las cinco de la tarde,
no pueden evitarse
y sobre todo
no deben etiquetarse.
En ésta locura periférica
abrazo mi inocencia
con fuerza.
Ya no la dejaría ir.
ata mi mirada y encuentro
que soy un punto luminoso
enmedio de la nada.
Estas manos jugaron
con halos dorados
con vestigios del cielo
me bañé en la pálida
mirada de mi madre
caminé sobre mármoles
que fueron gloria de otros tiempos.
Soy un niño
y sueño
y vienen manantiales
y me regocijo
y en mis risas, cada palabra
se hace añicos, se hace polvo
y me alzo para verte
y de puntitas me estiro
con la alegría enorme y sola
que quiere reposar
en otra sonrisa.
Los júbilos luminosos
espontáneos así
súbitos,
a las cinco de la tarde,
no pueden evitarse
y sobre todo
no deben etiquetarse.
En ésta locura periférica
abrazo mi inocencia
con fuerza.
Ya no la dejaría ir.
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abrazo