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Showing posts from March, 2012

Lo que viene

Bajemos a la madrugada discretamente, bajemos hagámos un nudo en el hilo de luz hagámos un trato en el alma del papel; di que sí, poco a poco entrégate fuera de horarios y de nociones toda, íntegra, se mía sabes bien que no sé que hacer contigo y te dejaré libre pero en la entrega, en la dulce rendición se cifran mis esperanzas y las tuyas. Todo pende de tu libertad, la mía, el flujo de los ríos, los segunderos y el curso del sol el mundo entero, el que se refleja en tus retinas el mundo que a mí me importa depende de tu sí diariamente a cuenta gotas; tu sí atomizado y repartido en la eternidad tu sí dosificado para salvarme un sí que no termine y no canse y no se rinda ni se debilite un sí que abra y cierre perpétuamente. El acto redentor, el completo abandono el olvido, tácito, de sí y y del mundo la más total,entera,divina ofrenda. Vértigo en los bordes. Fuego frío. Pero para todo esto hay primero que bajar juntos todo el camino de una madrugada. Bajémos.

Después del vino tinto

De noche apagas la luz y el desvelo se tiende a tus pasos Encuentras diminutas estrellas que encienden miradas. Elegidas palabras que te atan y sin embargo eres libre, llana y etérea alta en esperanzas satisfecha y feliz: No hay en verdad, tierra bajo tus pies. Sé que no alcanzaran mis manos sé que encontrarte, es un discreto milagro que acariciaré por años aún si no me acompañas. En tu sonrisa he refugiado pequeños instantes en donde sabré ocultarme para no extraviarme en tus ausencias. Por ahora, resguárdame elige cubrirme con la tranquila mano con la que guías mis tardes y deja que el sol de esta costa impregne indeleblemente tu sombra en mi piel.

Volver de noche

Salir de improviso, arrastrar de manera inconsciente años. La esquina es una promesa. Es el jardín. Es el patíbulo. Detrás del constante ruido de la ciudad, hay una constante. Existes. Como amenaza. Existes. Como gesto. Aún en la penumbra, contra la luz de la ventana se revuelcan los gatos del desvelo el día se vierte suavemente, y se disipan las distancias desde las que se supone nos recordamos, se comienza, se recomienza, hay otro día y aunque sepamos y aunque duela un poco, será exactamente igual, otra vez no encontrarnos, otra vez no tenernos. Aún si compartimos el lecho, la mesa, las mismas palabras.