Volver de noche

Salir de improviso, arrastrar de manera inconsciente
años.

La esquina es una promesa. Es el jardín. Es el patíbulo.
Detrás del constante ruido de la ciudad, hay una constante.
Existes. Como amenaza.
Existes. Como gesto.

Aún en la penumbra, contra la luz de la ventana
se revuelcan los gatos del desvelo
el día se vierte suavemente, y se disipan las distancias desde las que se supone nos recordamos, se comienza, se recomienza, hay otro día y aunque sepamos y aunque duela un poco, será exactamente igual, otra vez no encontrarnos, otra vez no tenernos.
Aún si compartimos el lecho, la mesa, las mismas palabras.

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