Anatomía última

Vamos terminando nuestra disección:
Nunca estuve
O estaba siempre extraviado.
Mis dientes lastimaron
otra piel, la tuya no los extrañó.
La acumulación de fechas
fué solo eso, hojas de calendario.
Mi verguenza me hundió,
más rápido y mejor
que mi traición.
Los años en vela,
las palabras, el polvo en mis hombros
las largas caminatas y las manos
(Puedo hacer un inventario, detallado, minucioso, de cada uno de tus dedos, sus líneas, sus nódulos, sus ligeras desviaciones, las cicatrices)
las salas donde te esperé
los cafés donde me esperaste
el incienso sobre nuestra primer cama
las terribles angustias
el alivio, la noche ovillados
los gritos, los ojos encendidos
el ansia volcada sobre tu cuello, el mío.
Todo eso
tanto más, ponerlo a un lado
seguir caminando
como quién olvida algo
seguir caminando.

El trabajo casi infiníto
de cortar, separar los pliegues
separar con cuidado, pero firme
la caja toráxica y contemplar
con terrible desilusión,
que después de todo
siempre
fué solo uno.

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