Final de un sueño recurrente

Navios negros se acercan pesados a mi costa. Cada vello del cuerpo se eriza. Ya vienes.
Reconozco el olor a sangre, a carne macerada.
Huesos, moscas y el sudor que entra a los ojos y ciega, embrutece. La pestilencia.

Los puños cerrados sobre el cuero y el acero
el alma cernida en un solo fin
la arena y los peces que trae la noche,
la primera, unica brisa que cruza la playa
minutos antes de que el sol asome
veo el brillo frio de tus ojos
el azul que aborrezco.

Saltas a la playa
botas de jinete, rapier y grito
y yo solo, y mi cansada, lenta hacha.

(A fin de que el efecto psicologico del sueño hubiera sido completo, este onirico atacante deberia haberme descuartizado. Pero simpatizo con los Oneiroi, y me dieron un final de sueño de lo mas gore posible. Desperte malevolamente satisfecho.)

Comments

Querido Cronco...
tuve esa misma sensación una vez que soñé con Verónica Castro y desperté con Christian
mierda..¡
puto subconciente
Adrián Naranjo said…
El subconciente nos da lo que nos merecemos petiforro.
Si te recuerdo cantando aquella de "No podras" con los ojos vidriosos.
Saludos!
jajajja....
mataré a ese tipo, al subconciente, claro está y buscaré a C
je

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