Amor comatoso.
Cerca de las doce llega siempre puntual,
recoge uno a uno sus pasos
dados simétrica, sigilosamente, ayer
enrolla sus mangas
espera.
Un poco después llega ella
no es joven ni vieja,
es oriental y de ahí su lejano atractivo,
ordena para los dos
sin verlo
sin cruzar palabra
nada,
luego se sienta frente a él.
El obedece la orden
dada hace años, parece,
se levanta y toma cubiertos y aderezos
y ambos esperan.
Frios, mecanicos
habituales.
Comen,
ella va al baño
él limpia la mesa.
Se va ella
poco después el.
Diariamente,
ni una sola palabra.
No hay que leer una novela de Kundera para enterarse de estos castigos que impone el amor.
Por mi parte, pienso que deberia de haber una especie de eutanasia para esto.
recoge uno a uno sus pasos
dados simétrica, sigilosamente, ayer
enrolla sus mangas
espera.
Un poco después llega ella
no es joven ni vieja,
es oriental y de ahí su lejano atractivo,
ordena para los dos
sin verlo
sin cruzar palabra
nada,
luego se sienta frente a él.
El obedece la orden
dada hace años, parece,
se levanta y toma cubiertos y aderezos
y ambos esperan.
Frios, mecanicos
habituales.
Comen,
ella va al baño
él limpia la mesa.
Se va ella
poco después el.
Diariamente,
ni una sola palabra.
No hay que leer una novela de Kundera para enterarse de estos castigos que impone el amor.
Por mi parte, pienso que deberia de haber una especie de eutanasia para esto.
Comments
je
Laura y yo, los gritos, un gusto para todos, menos los vecinos...