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Showing posts from 2010

Las fracturas

Esa mañana Tirso se despertó con una tranquila seguridad, se levantó y dejó que la pequeña felicidad de su decisión lo limpiará más eficazmente que el zest y jedáncholders. Finalmente, estaba a salvo. Nunca más un corazón roto, y había sido tan sencillo que lo enfermaba un poco no haberse dado de frente con la idea antes. Y es que, habiendo tanto cuerpo, carajo. Dejas finalmente en paz el hoyito martillado relleno de un pulverizdo organo que estaba mucho más allá de la definición de roto. Eso estaba atomizado, eso era talco, una pomada lastímera de la que ya no se podía hacer uno idea que alguna vez latió y se lleno de ínfulas y hasta parecía dibujo de bonito; todo eso pensaba Tirso mientras bajaba las escaleras y reconocía valiente su propensión a ser una gelatina, a temblar y desgajarse ante las más mínima contrariedad, y es que si perdía el Atlas, si salía el episodio repetido, si nuevamente era ensalada, si después de horas en línea,nada, si algo se oponía duro a sus frágiles esper...

Playlist del velorio.

Nos velamos largas noches donde el aire y las polillas eran anzuelos para una atención adormecida, precaria,vaga. Nos velamos en cada mañana que sorprendida nos encontraba en la brisa, en el rocío,en el tenue rayo de sol que nos descifra con modorra. Nos velamos y desvelamos con gusto. Sabemos que cada vez es la última, y cada vez verdaderamente lo es; la siguiente vista es siempre de tan lejos, tan ya otra hora, otra cara que desdice la noche anterior. Somos otros y el salvaje salto de tu personalidad a la mía nos desgarra sin causar en realidad, ningún sobresalto. Y lo cierto es, que después de las manos y el simple rito de despedirnos, comenzamos a velarnos, sabemos que la sencilla manera de girar, de buscar las llaves, levantar el rostro contra el tráfico y el resto de la semana, estamos enfrentando, dulcemente nuestra muerte, nuestra continua, interminable muerte. En nuestras ropas y en los descansos dominicales, en la pluma que nos desangra, en la risa que se resbala inocente ...

Esto que es

El triste hábito de consumarse agotarse diluirse Sombras blancas humo destino vago de últimas palabras pronunciadas sin ningún sentido apenas, por decir algo. El vacio éste que se clava en los hombros el arrastrar penoso de los pies la felicidad sin gracia gratuita,estúpida rápida y sin vuelta honesta en su gran mentira: No vuelvo pero espérame. Por eso no hablaré de ti no te escribiré no escucharé tu voz de fantasma no caminaré por tus piernas no recitaré tu nombre como letanía no pensaré en tí y tus cabellos no pensaré en tí y tus manos no pensaré en tí y tus labios no pensaré en tí y en tus ojos que engloban todas las miradas. Sobre todo, te prometo con toda la vacuidad de mis promesas no voy a encontrarte.

Good enough

Sabe el cielo que en el hielo de cada gota se cifra ínfimo tu deseo. Llueve sobre cada torturada cabeza y trae ecos de los desiertos que en realidad somos Llueve y en la ciudad, no hay un alma que se acuerde que esto fue lo que quisimos. Deja entonces a la lluvia lavarnos, arrastrarnos a un olvido duradero, eterno si es posible. En las calles en la oscuridad, se esconde el anverso de cada gota, su última negación. La lluvia termina ahí. Todo termina ahí.

Tizabel

Viene del ámbito en desuso de la noche se agazapa en las risas de otros, vuelve y sin embargo no esta. Viene en silencio dibujando su camino con un dedo Hay tardes cuando no sabe si el sol decrépito la transluce y eso en las calles, entre los autos es su sangre, magnificada sombra larga que repta y surca una vereda, entre su pie y el cielo. Por eso no sale, por eso se empeña en la penumbra se abraza a lo oscuro, que indiferente la cobija. Su cabello es ya solo una idea sus manos son historias y entre sus piernas escurre olvido, y si uno se esfuerza demasiado, cede entonces suave a la presión y solo entonces existe intermitente el tiempo justo entre un parpadeo y el otro, y con desgana, permite entonces que la luz blanca la recorte y la pegue integra como un manotazo contra la pared; incómoda creatura expuesta álgida, ectoplásmica. Tan momentánea. Tizabel vive, pero no hay que recordárselo.

De no hallarse.

Afuera es el viento que llena los ojos de agua; soy un resultado obvio, una multiplicación a la inversa que no cesa, y sin embargo la tarde baja y yo me siento bien. Ahora sería demasiado complicado desandar algunos meses, desarticularlos y montarlos nuevamente para que adquirieran algun sentido, el que fuera. Francamente, a estas bajuras, me falta paciencia, por lo pronto me basta sentir, descubrirme sintiendo, estar bien, unos minutos. Y aclaro, no es que esté mal el resto del tiempo, si no más bien, no estoy. "No me hallo" decían las muchachas y nos doblabamos de la risa, y vengo a enterarme después que aquellas humildes filósofas me adelantaban tanto, ya entonces, desde su misteriosa simplicidad, habían encontrado su ausencia, su extravío involuntario y sabían entonces expresar con esa solapada angustia su profundísima declaración. Mientras descanso la frente en húmedo cristal, encuentro dulce esta reivindicación tardía, es bueno saberse suficientemente estúpido para enco...

Siempre es personal

Campos verdes

Vamos ateniéndonos al fondo del vaso, a la conclusión a medias que nos da la felicidad postrera del alcohol; noche, cemento y luces, se sabe, no somos culpables más que en ese reducto dolido de la mañana. Vamos pues entonces, atengámonos al fondo del vaso. Pasa el ruido, el dolor, la náusea. En verdad pasa todo. Y decir esto es una reivindicación de un miedo, casi dulce, que nos acompaña desde nuestra primera y tierna infancia. Nuestro primer y verdadero amigo. Y ahí vamos todos, dándonos de narices contra nuestros días, girando con nuestros papeles, nuestras pequeñas batallas diarias, vamos entrándole al reloj, a las tarjetas, a la terca rutina que nos engatuza tibiamente con sus promesas quincenales, sus abonos fáciles, sus 15 minutos de descanso, vamos metiéndonos, ya distráidos, ya cansados al latente vientre del decrépito lobo, a la conmiserada vida y su ciudad y sus lentas máquinas. El deplorable estado de deshecho. Y no estámos solos, no estámos acompañados tampoco, pero el hart...

Siéntese aquí

Hay un vasto profundo dique entre yo y las cosas sencillas, lo rápido resuelto lo fácil, lo simple. Y lo quiero alzo las manos inútilmente me esfuerzo y ahí nomás se ahonda la brecha; café, cigarro, que se joda vengan pues las lluvias vengan las peores calles y todos sus baches vengan las horas de tráfico vengan las palabras erróneas las malas interpretaciones, que se azoten en mi rostro las miradas dolidas, heridas, odiosas odiando caigan una a una o todas juntas y vean si me importa un pito.

30 going 40

Me conoces bien, sabes del lívido arte mío de desconocerme, desdoblarme al punto de convertirme en un extraño. Sabandija despreciable y lejanamente cómica. Cúbreme, llena mi noche de reproche y café, atúrdeme con la lengua; expónme al escarnio del que no pudo escapar. Vamos así llenándonos del alquitrán que son nuestras almas, agotémonos en el vano intento de encontrarnos, y que la sonrisa cansada del desconcierto sea el dulce comienzo de un nuevo ascenso donde los años nos parecerán blandos y tantas cosas pasarán y todo parecerá bueno y vasto y casi justo. Alrededor la sangre y el humo serán de nuevo solo el pasajero tema que apenas se comenta, las manos irán y vendrán y de tarde en tarde habrá algo después de comer que se parecerá a la satisfacción. Pero no. Ahí, tras esa cortina de vida, entre nuestros dedos enlazados comenzará la vibración nuevamente. Desde atrás, desde el simple consuelo de haberlo presentido, la hecatómbe, todo en añicos, astillas y la carcajada triunfante de los...

Eterno retorno

Asciendo por andamiajes antiguos, polvo lágrimas de asceta. Mi alma gira contemplándose. Años que se acumulan; las moscas del tiempo hojas que en silencio sepia agostan la mirada y el apetito cede, concederse el descanso no hay nada para encontrar. El divino halo de luz que descubre finísimas particulas que doradas y lentísimas levitan en el patio, llenando mi memoria del oro de lo olvidado. El viaje fué largo mi corazón es mas viejo y guarda más cosas quizá por eso la antigua casa sigue siendo grande.