Nítido viaje

Bajo la mesa están aún las sandalias
no me llevaron a ningún lugar
y hoy no lo harán tampoco.

En la pausa que trae la tarde
el sol ahogándose mudo tras la montaña
la bocanada y el humo
sé confiadamente que no estoy,
que éste cuerpo
este cúmulo de células y tiempo
éste empático traste
no se mueve de la silla,
pero yo no estoy
yo estoy en una canción
que ahora cantas
y que en sus letras
me evocas, me invocas
y yo lo sé, lo sé porque aquí no estoy
y casi siento la suerte de tu cabello
casi no miento al ver la escena
de ser yo una canción que cantas
de girar en tu lengua
de salir de tu sonrisa
de subir y bajar en tu voz
de purificarme en tu alegría.

Y ya de pronto callas
algo de distrae o te cansas
y yo caigo, vertiginósamente caigo
en esto, que tardo en reconocer
como yo, como esto que soy yo.

Una vez reunido, es inútil aceptar
que prefiero ser tu canción.

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