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Showing posts from July, 2009

Inútil

No permaneceré aquí por mucho, no guardes mis ojos, ni mi risa porque no me pertenecen ni a mi, aunque si quieres, quédate con mi voz te la doy, como ya la he dado antes. No atesores mis pasos no saben de direcciones ni propósito olvida minuciosamente de tarde en tarde, mi forma de pedir la cuenta mis letargos a mediodia mi canalla manera de burlárme y lo fácil que es ver mi verguenza, deshecha sin miramientos mi miedo en forma de pensamiento el temblor en mis manos las miradas que delatan mi extravío. Déjame así cierra la puerta y comienza a destrurime en las escaleras, destrózame deja añicos míos en cada escalón para la puerta de entrada será fácil que recuerdes lo innecesario que es mi recuerdo.

Nítido viaje

Bajo la mesa están aún las sandalias no me llevaron a ningún lugar y hoy no lo harán tampoco. En la pausa que trae la tarde el sol ahogándose mudo tras la montaña la bocanada y el humo sé confiadamente que no estoy, que éste cuerpo este cúmulo de células y tiempo éste empático traste no se mueve de la silla, pero yo no estoy yo estoy en una canción que ahora cantas y que en sus letras me evocas, me invocas y yo lo sé, lo sé porque aquí no estoy y casi siento la suerte de tu cabello casi no miento al ver la escena de ser yo una canción que cantas de girar en tu lengua de salir de tu sonrisa de subir y bajar en tu voz de purificarme en tu alegría. Y ya de pronto callas algo de distrae o te cansas y yo caigo, vertiginósamente caigo en esto, que tardo en reconocer como yo, como esto que soy yo. Una vez reunido, es inútil aceptar que prefiero ser tu canción.

Paz

Las luces que apenas comienzan su turno inseguras titilan en sus bases al pasarlas casi siento su tibia voz la carretera me lleva de vuelta y el camino es un cuento lánguido que me mece angelicálmente. Allá atrás quedó casa, que por ahora es solo una cama, un refrigerador una pantalla que me trae esperanza, (todos los rostros y las voces que esta buena señora tiene), pero no es una casa aún y como sea ya quedó atrás porque el camino es llano, dulce y fresco como la noche que lo habita así lo sigo escuchando la música que alguién, sabiendo de ésta gélida, brutal bestia que respira en mi y en tantos otros y en él mismo, escribió, para darnos respiro descanso, ganas de andar el camino. Y pienso en ese rostro y esa voz que hoy mismo, me dejo ganar un debate empezado hace ya mucho en un café de madrugada entre gargantas resecas y vasos de agua y cansancio y el miedo nuevo del que va viviendo entonces dijiste que no había absolutos. Hoy los reconociste tranquilamente. Y días antes me aconsej...

Aclaraciones para mí mismo.

Hay un tiempo fragmentado que se conserva fuera de estas memorias, un constante compañero de las noches que se vuelven lastre, se vuelven castigo. Ser esta vez se resuelve en un simple juego de palabras, donde nos alcanzamos o no y a donde en caso de extravío se recupere facilmente el aliento, la básica noción: Aquí. Aquí es esto, al alcance de tu mano, lo que tus ojos te pueden ofrecer; aquí es el límite de tu oido, el que llega y te palmea la espalda, el niño que se sienta en tu pierna y te estorba el teclado, el tímido sol por la ventana, tu dolor de espalda y el café medio frío. El rigoroso, el innegable, el interminable, el obvio y dulce Aquí. Vamos empezando por eso.

Consideraciones

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Y no es fácil, caminar y hablar pasarse la mano por la frente hacer cuantas cuentas escuchar más música pretender consternación medir, pesar, escudriñar los errores prepararse el omelette pasar frente al espejo recordarte comprar el cafe servirlo solo esperar frente a la secadora leer a Benedetti aventar el libro destapar las cervezas con los dientes tender mi cama apagar la computadora decir no lavarme los dientes escoger entre blanco o integral buscar un laxante buscar el libro de Benedetti matar un alacrán corregir aumentar tallar mis ojos largamente hasta que me toma tiempo volver a ver. Fácil es estar solo y poder decir basta.

Desde el frente.

La felicidad redonda que nos acompañaba la sencilla gloria de sabernos cerca al alcance de los labios, del hombro. Acompañarnos en la miseria en la súbita bonanza en el atardecer donde dijiste siempre y me dejaste como idiota pensando que significaba semejante palabra. Esta simple alegría que me colma estos atisbos de eternidad que me legas son trincheras son el pertrecho que llevo al frío de esta lejanía al sol de cada mañana que me encuentra solo al cástigo de los otros y sus manos enlazadas a sus besos inmisericordes a sus caricias burlescas a la risa que los eleva hasta donde no puedo verlos. Extraño, tengo provisiones pero el hóstil amor autóctono arrecia la ofensiva. No tardes.

Cajas de Cristal

Aislando las palabras de una tarde llevándolas a su derrotero guardándolas delicadamente en su encierro final No saldrán jamás, no conocerán destinatario, no serán semillas no producirán respuestas ni ablandarán semblantes. Serán indefinidamente extrañas creaturas del destiempo, construcciones erradas confecciones místicas extraviadas, equivocadas extrañas. Y sin embargo bellas y saber esto me destempla me lleva a mirarlas con ternura saber que nacieron con su fin y este no se llevará jamás a cabo porque es tarde y no estuviste porque tienes tu vida y yo la mía y no cabemos obviamente en nuestros tristes tiempos. Cavilo, y cada una de esta palabras baila en mis ojos, mientras cierro la libreta y dejo abierta la puerta de otra noche que no fué.

H.Upmann

"Haja que ouver, há sempre um homem, para uma mulher, E há de sempre haver para esquecer, um falso amor e uma vontade de morrer" Antonio Carlos Jobim, O Grande Amor. La sala con su ventanal amplio entre las cortinas el sol alarga la hora por sobre la caoba y el cristal una lenta columna blanca describe una historia tejida por tantas manos en tantas lenguas. Lenta sube entre las notas del sax y se apoya en el suave acento de un portugués que canta como ave sube y se extiende recubre un techo que en realidad no está ahí nunca ha estado cada vez que Upmann,Getz y Jobim aceptan la tibia invitación que les hago desde mi cansancio y llegan para recordarme como en el fondo somos en este exacto momento solo una tierna memoria la dulce interpretación que una completa desconocida dá.

Malos ratos

Viene y se planta justo enmedio del trago al café. La mañana ha traído arrastrando sus obligaciones sus conversaciones inconsecuentes, la vida en piloto automático, esto, los resultados, aquello, el producto buenas tardes, la convención social la cerveza fría, la plática igual buen fin de semana y ya la tarde para mi, para mis conversaciónes que tienden a bajar una de esas viejas escaleras de caracol hacía abajo, hacia ese territorio cálido oscuro y húmedo que soy yo en un buen viernes ¿Para esto? Para que llegues y te plantes entre mi sorbo de café y mi cómodo anochecer y te quedes ahí, tratándo de abismarme en tu silencio, ahogándome con tu presencia y tu sabes que me revienta que me veas así y que te quedes callada y que entre cada sorbo muevas tus labios para que te atienda y nada, los ojos nada más, y la mirada que se extiende por años. Tus visitas no son tan bienvenidas desde que estas ausente.

El juego y el juguete

Sin querer, conozco los nuevos viejos juegos, las palabras clave que traían, que amotinaban jugadores alrededor. Los lúdicos pases el hábito, que se aprende a fuerza de repetirse, los lugares los de siempre, medir las fuerzas enojarse a veces, aventar la pelota los juegos de siempre la diversión. Entonces, a pesar de tomarse en serio nada lo era, a la mañana siguiente se jugaba igual y era la fiesta el devenir que se cernía, pero lento, dócil, manso era un juego, un juguete que se guardaba. Las carreras y los artefactos, el brinco y las reglas, la reunión agitada la selección del mejor la emoción todo es lo mismo, excepto los jugadores, los niños nos volvimos difíciles.