Primeras palabras

Al alejarme, comienzo a reconocerme extraño
volverse aliado del paria, del loco
de aquel sin voz que desgarra su garganta en un intento.
Al alejarme, sé, que la mejor manera de desdoblar mis silencios,
debidamente empacados, es la ausencia total de oidos.

¿Donde están las voces?
Alzo la mano al viento
es dulce tener tan cerca
tanta nada.

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