Melósexual

Entonces pasa que llega la noche y lo encuentra a uno con algunas copas, y la luna arriba brilla como saxofón pulido y a uno le da por pensar, en que carajos, música.
La infiníta superioridad de la música sobre cualquier otra forma de expresión, los tantos ensayos tratando de explicar lo que dos acordes dejan clarísimo y hasta con cambio, las toneladas de pintura, los caballetes dios mio, para que una guitarra...
¿Para que hablar en los sepelios? Chopin hizo una marcha, callénse la boca y dejen oirla, tiene mas sentido y belleza que lo que se pueda decir.
Para cada sensación, cada motivo hay, una canción que lo amplifica, unas notas que lo hacen eterno, épico.
Si, acabo de decidir que solo mantendré el mal hábito de la dicción y la escritura hasta que haya terminado de educar mis vástagos (educación que por supuesto incluirá la sana desconfianza a la palabra hablada y escrita como método de comunicación) e inmediatamente después, si Laura me ha tolerado hasta entonces, nos inscribiré en suficientes lecciones de piano, guitarra, acordeón, clarinete, y a ver que mas instrumentos (triángulo, también triángulo) para que de la manera mas expedíta posible, podamos darnos los buenos dias con una obertura u opinar sobre las noticias con una fuga, algo así.
Esta y otras cosas peores me vienen a la cabeza cuando llega la noche y me encuentra con unas copas.

Comments

Petite said…
mira, te pones muy objetivo con unos tragos, yo solo berreo...salud
(bonallsh) suena como a buen año en sueco jaja
Hemisferia said…
Te leo mientras escucho "Domino Dgancing" de Pet Shop Boys...me transporta hasta el más aca...justo donde quiero estar. Beso!
te leo de lejos, porque cualquier acercamiento terminaría en un indeseable beso
jeje

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