Ceguera selectiva

El corazón sigue a ciegas
su accidentado derrotero.

Extraviarse en la desconfianza
el viejo miedo que vive
debajo de la cama, si supiera
los monstruos estaban sobre ella
y ya se fueron
hace tanto.

Acercarse tímido
a una explosión viva de luz
a una escultura orgánica
que se cimbra de vida
y me confunde con su brillo,
torpe polilla,
basta con que cierres los ojos
que gires y te vayas.

Y sigas y sigas
como siempre
pero ésta vez,
escojas tu luz
elijas
más calidez
y menos incandescencia.

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