Bonds

Antes del amanecer, una mano se alza sobre cúmulos y sordos murmullos
hasta alcanzar la estela de unas cejas, el dibujo tenue de un pómulo
el cielo bajo de unas pestañas.
En voz muy baja
repetir un antiquísimo credo;
llevado en diferentes lenguas
entre dolores y aliviados suspiros
desde perdidos baúles, en cartas raídas,
impreso en amarillas fotografías
aprendido y olvidado
repetido miles, miles de veces
cada vez como la primera
cada vez con fervor y desfallecimiento
cada vez entregando el alma en cada palabra.

En voz muy baja
casi suplicando, se entrega a quién no escucha
que reciba desde su lejano paradero de penumbra
un juego secreto de llaves,
contraseña maestra
párpado definitivo.

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