Vagones distintos

No es fácil ya decir nada. La lluvia terminó de escurrirse en las calles y nosotros seguimos aquí,  dándonos el raro obsequio del desprecio. 
Convencidos cada cual de sus mentiras. Lloviendo aún por dentro, en esta ciudad que también somos en noches como esta.
Guardamos tantas esperanzas para ser un par de decepcionados crónicos.
No seré nunca mejor, jamás seré mejor de la manera que tú consideras ser mejor y tú no volverás, limpia y paciente a reconstruirme de sombras y ecos.

Somos lo que somos y lo que somos es todo lo que tenemos,  eso alcanza para arrojarnos a una actualidad que es tan claramente un desastre, una realidad roída y deteriorándose día a día. 
Aún nos alcanza.

Esto no es lo que esperaba nadie. Nadie quería a la distancia como único medio de explicarnos. No buscábamos las salidas en descenso, no rezamos para tener un pozo por cielo, pero cada día es algo menos, cada día una estupidez ya es regla, cada día algo impensable es cierto y acontece mientras nos miramos un poco más hundidos, un poco más lejos. 

Con todo, sigue habiendo nuevos días y seguimos encontrando la forma de volver al simulacro, buscar otra vez los signos, las 

formas y los sonidos que nos justifiquen, que nos devuelvan el aliento que dejamos envuelto en viejas esperanzas, tiradas en el camino.

Comments

Popular posts from this blog

Cansancios

Lost sanity

Lo que queda