Otras calistenias.
Necesito elaborar más en un tema apenas revisado hoy: Los "Pensamientos". Más específicamente, los míos. Mis pensamientos no los merecen la gente que no quiero. La gente que quiero, merece mucho más que mis pensamientos. Entonces, parece que estoy condenado a cargar con ellos, por siempre. Mi siempre, por lo menos. A todos lados, en todas las circunstancias. No me gusta pensar esto, (Ahí va, otro al costal)que un pensamiento,que nació al mirar un documental sobre derechos elementales de los ciudadanos de Estonia, va a brotar, incompleto e inopinado, en medio de una discusión sobre las virtudes de la albahaca en un omelette. O peor, mientras le informo a mi hijo sobre la necesidad de usar vestimenta al salir a la calle. O un oscuro y bajo pensamiento, muy bajo, que nació en los tobillos de una mesera para envolverse en sus muslos, sea regurgitado al ser forzado a extenderse en los resultados de una reunión con voraces comerciantes. Y así,tópicos absolutamente dispares co...