Mi amor.

Lo cierto es
que esto es una zona cero
tan constante en su destrucción,
que para qué.

Un camino lleva a ruinas que conducen a ruinas y en los descansos es palpable ver que
la reconstrucción es una empresa inútil, vana, irrealizable y pretensiosa. Además, ¿Porque reconstruir lo que es hermoso así, hecho añicos, derruido, irreparablemente roto?
El húmedo viento y la tarde muriéndose ayudan a pensar que esto que ha sido tanto y que ahora; es fácil ver, es un deshecho, tiene en su historia su belleza, en las huellas su valor, en las heridas supura su gloria. Ya decantado el brío, ya agotado el potente grito, después de impresionar y mostrar su lado encantador, cuando se pone la noche y vienen cayendo las cosas, el entusiasmo, la pasión, la excitación comienzan el camino donde tienen que afrontar su fin, donde pasa todo e inexorablemente queda vacio, entonces ya, exhausto poder mirarlo, decirle: Hiciste bien, y mirarlo, mirarlo profunda, lentamente,ver como todos los años le vienen de golpe encima, como a pesar de que todo le ha pasado ya, alguien tenía que reconocerlo, y aceptarlo, verlo ponerse gris, áspero, hosco, verlo alejarse lastimado, pero orgulloso aún. Pobre cosa triste.
Y ahora que es inútil, ahora que no hará bien a nadie y que nadie vendrá a buscarlo, puedo verlo y pensarlo, finalmente, después de tantos años.
En verdad es hermoso, así sin uso, sin esperanzas, medio muerto pero de pie, es hermoso.

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