Declaraciones en cualquier muelle
Aquí se van estacionando una a una las memorias; traen su cuota de silencios y cartas azules que ronronean sus cantos dulces con lasciva mesura.
Aquí y allá nosotros nos encontramos, de lejos vemos los barcos y nos suponemos contentos, casi satisfechos, torpemente enlazamos los dedos sobre la barandilla y apoyamos el mentón sobre las manos. Casi estamos bien solos
y pensamos en las carreteras al alba, con su vacío estelar de principio del tiempo, y vemos tan claro esas nubes apenas naranjas que presagian quien sabe que pero su valor de promesas las hace indelebles, hermosas en estos recuerdos que se vienen ahora como en tropel
Y es casi, porque sabemos bien que no estamos bien, que tu quizás estés en ese barco y quizás no, y esta mañana no te devuelva ni esta ni ninguna otra marea, ¿Y como estaríamos bien entonces? ¿Como saber que cara nos dará la ciudad si regresamos solos?
Así esta sombreando esta duda nuestra mirada
¿Donde estás?
¿Porque no te regresa ningún barco?
Una pesadumbre vuelve a nuestras manos que se separan bruscas bajo la barbilla que apenas escapa al metal descarapelado.
Hace mucho un sola ciudad nos mantenía juntos, nos llevaba por sus venas, nos alimentaba y nos daba vuelos a veces, y entonces todo era bello, en verdad era bello, no como en las telenovelas ni los libros de Corín Tellado. Era verdaderamente bello. Por terrible. Por cierto. Por triste y por que lo era, era indescriptiblemente bello, y luego para colmar todo, vi sus piernas subir uno a uno los peldaños de lo que yo aprendería a llamar después amor.
Conseguí hablarle y abrir sus brazos lentamente, con los días ya decía que me amaba, y me encontraba indefenso ante semejantes declaraciones, vacilante di esos primeros pasos donde se acepta algo que no se entiende, y se espera comprender, viviéndolo.
Esos territorios fuera de cartografías y sin vistosas láminas del NatGeo son los que conocimos juntos, cuando valía la pena explorar, cuando el hambre se saciaba con la vista, con el tacto.
Como sea, algún día volverás y toda esta sopa que me digo a mi mismo, será cosa de risa y podremos volver a casa y todos estarán tan felices de verte. Hasta entonces Adrián.
Aquí y allá nosotros nos encontramos, de lejos vemos los barcos y nos suponemos contentos, casi satisfechos, torpemente enlazamos los dedos sobre la barandilla y apoyamos el mentón sobre las manos. Casi estamos bien solos
y pensamos en las carreteras al alba, con su vacío estelar de principio del tiempo, y vemos tan claro esas nubes apenas naranjas que presagian quien sabe que pero su valor de promesas las hace indelebles, hermosas en estos recuerdos que se vienen ahora como en tropel
Y es casi, porque sabemos bien que no estamos bien, que tu quizás estés en ese barco y quizás no, y esta mañana no te devuelva ni esta ni ninguna otra marea, ¿Y como estaríamos bien entonces? ¿Como saber que cara nos dará la ciudad si regresamos solos?
Así esta sombreando esta duda nuestra mirada
¿Donde estás?
¿Porque no te regresa ningún barco?
Una pesadumbre vuelve a nuestras manos que se separan bruscas bajo la barbilla que apenas escapa al metal descarapelado.
Hace mucho un sola ciudad nos mantenía juntos, nos llevaba por sus venas, nos alimentaba y nos daba vuelos a veces, y entonces todo era bello, en verdad era bello, no como en las telenovelas ni los libros de Corín Tellado. Era verdaderamente bello. Por terrible. Por cierto. Por triste y por que lo era, era indescriptiblemente bello, y luego para colmar todo, vi sus piernas subir uno a uno los peldaños de lo que yo aprendería a llamar después amor.
Conseguí hablarle y abrir sus brazos lentamente, con los días ya decía que me amaba, y me encontraba indefenso ante semejantes declaraciones, vacilante di esos primeros pasos donde se acepta algo que no se entiende, y se espera comprender, viviéndolo.
Esos territorios fuera de cartografías y sin vistosas láminas del NatGeo son los que conocimos juntos, cuando valía la pena explorar, cuando el hambre se saciaba con la vista, con el tacto.
Como sea, algún día volverás y toda esta sopa que me digo a mi mismo, será cosa de risa y podremos volver a casa y todos estarán tan felices de verte. Hasta entonces Adrián.
Comments
abrazo carnal
ánimo firme
hasta el infinito y más allá