Eterno retorno
Asciendo por andamiajes antiguos, polvo lágrimas de asceta. Mi alma gira contemplándose. Años que se acumulan; las moscas del tiempo hojas que en silencio sepia agostan la mirada y el apetito cede, concederse el descanso no hay nada para encontrar. El divino halo de luz que descubre finísimas particulas que doradas y lentísimas levitan en el patio, llenando mi memoria del oro de lo olvidado. El viaje fué largo mi corazón es mas viejo y guarda más cosas quizá por eso la antigua casa sigue siendo grande.